Este informe evalúa el impacto que ha tenido la pandemia en cada una de las actividades que componen el sector del comercio valenciano, con la finalidad de dimensionar el problema y cuantificar las empresas, locales comerciales y empleados del comercio que se han visto afectados con mayor intensidad por la Covid-19.
Las circunstancias en las que se ha desarrollado la crisis sanitaria y sus consecuencias han afectado al comercio minorista, especialmente a aquellas actividades no consideradas como “esenciales”. Las restricciones, cierres de actividad, confinamientos, limitaciones de aforo y de desplazamiento de las personas y otras medidas que se han puesto en marcha para impedir la propagación del virus, han tenido consecuencias en todo tipo de actividades comerciales y en el propio comportamiento de los consumidores.
El estudio realiza, en primer lugar, un recorrido sobre las principales variables que permiten ofrecer un balance global sobre la situación del 2020: comportamiento de la demanda -en la que se evidencia el fuerte freno en el consumo-, evolución de las ventas y del empleo en el retail valenciano. También se ofrecen algunos datos en relación con dos factores clave como son los cambios que se han producido en los compradores (algunos nuevos y otros que se han acelerado) y la fuerte digitalización del consumo que se ha producido en el año 2020.
El análisis de estos datos permite contextualizar el análisis posterior, que se ha centrado en la identificación de las actividades más afectadas y la parametrización del impacto en términos cuantitativos. Estima el impacto para las diferentes actividades y dimensiona el alcance en términos de empresas, locales comerciales y el empleo del comercio al por menor de la Comunitat Valenciana.
En el estudio se han identificado cerca de 100 actividades o subsectores que conforman el ecosistema comercial y se ha estimado una escala de impacto a partir del análisis de un conjunto variables clave, como son la incidencia de las restricciones y medidas de contención del virus en la operativa del negocio, con especial consideración de los periodos en los que los negocios no han podido abrir, la variación media anual de las ventas del subsector, el tamaño empresarial medio del subsector en términos de empleo -con especial atención a la vulnerabilidad del mismo ante la situación de crisis- y la incidencia de los cambios en el comportamiento de los consumidores.