Uno de los compromisos adquiridos por el Gobierno de España tras la declaración de emergencia climática y ambiental el pasado 2020 fue reforzar los mecanismos de participación con la convocatoria de una asamblea ciudadana para el clima, tal y como se recogió, posteriormente, en la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética.
La asamblea funciona de acuerdo con los principios de representatividad, imparcialidad, independencia, transparencia, acceso a la información medioambiental sobre cambio climático con carácter previo a la participación y pluralidad de la información.
Los cien ciudadanos que han conformado la asamblea han sido elegidos de forma aleatoria garantizando la pluralidad y representatividad de la muestra, según criterios como la edad, el género, el nivel educativo, la procedencia geográfica, y la residencia en área urbana o rural, entre otros, reflejando, así, la diversidad de la sociedad española.
Este grupo de ciudadanos ha recibido la formación de un grupo de expertos independientes de reconocido prestigio en el ámbito del clima, la energía, la biodiversidad, el medio ambiente y la transformación social.
Tras siete sesiones de aprendizaje, deliberación y discusión desarrolladas entre noviembre de 2021 y mayo de 2022, los frutos de esta asamblea se recogen en el Informe Final de Recomendaciones.
Del conjunto de 172 recomendaciones agrupadas en cinco áreas (consumo, alimentación y usos del suelo, comunidades, salud y cuidados, trabajo y ecosistemas) destacamos, a continuación, aquellas relacionadas con el sector de la distribución comercial, que han contado, además, con un gran nivel de adhesión en el grupo, con un porcentaje de apoyo de entre el 98% y el 100% para cada una de ellas.
Promover políticas públicas que potencien la producción y el consumo local y de proximidad.
Promover políticas públicas que potencien la producción y el consumo local y de proximidad en todos los sectores donde sea posible (alimentación, textil, mobiliario, etc.) a través de una serie de medidas complementarias:
- Apoyar la creación y el desarrollo de grupos locales de producción basados en la cooperación, la gestión democrática y la producción sostenible.
- Facilitar y potenciar la venta directa de estos grupos y de otros productores locales a los consumidores, habilitando espacios públicos para crear Mercados de Kilómetro 0 y Cercanía (por ejemplo, los mercados de abastos, escuelas e institutos, plazas y vía pública, centros culturales, etc.).
- Crear programas basados en monedas locales-sociales y/o bonos específicos que promuevan el consumo de determinados bienes y servicios.
- Crear campañas informativas que promuevan los canales cortos de comercialización impulsando un consumo de Kilómetro 0 siempre que sea posible y potenciando aspectos de afecto y pertenencia al territorio y al ámbito rural, para generar en el consumidor un mayor aprecio por este tejido social.
- Apoyar económicamente a los pequeños productores/as para que sean más competitivos en relación a las grandes empresas y para que el consumidor pueda acceder a sus productos a un precio asequible, de manera que no solo puedan comprar estos productos las personas con mayor poder adquisitivo.
- Promover en las diferentes administraciones la compra pública basada en este modelo, dado que el Estado es uno de los grandes consumidores y, por lo tanto, tiene una gran responsabilidad dado el gran impacto que tiene su forma de hacer y su gran capacidad ejemplificante.
- Obligar a las grandes superficies a que incluyan un porcentaje mínimo de bienes y productos locales.
- Contribuir a la mitigación, acercándonos a «La ciudad de los 15 minutos» (donde el trabajo y los servicios se encuentran a 15 minutos de distancia de tu lugar de residencia)
- Incentivar económicamente la compra de bienes y productos de Kilómetro 0.
Fomentar y promocionar los canales cortos de distribución y comercialización a todos los niveles, a través de lugares de venta directa de producto local.
Fomentar y apoyar los mercados agroecológicos y los supermercados cooperativos en todas las ciudades del Estado. Fomentar que los comercios de la zona ofrezcan productos locales.
Información de fácil comprensión para la población y sensibilización sobre los alimentos de temporada y de cercanía.
Desarrollar campañas de información y sensibilización (p.ej. a través de publicidad) que sean de fácil comprensión para explicar los beneficios para la población, productores y la sostenibilidad, del consumo de productos de temporada y de cercanía. Incluye los beneficios para la salud, los gastos energéticos de los alimentos fuera de temporada o lejanía, el mayor consumo de agua, etc. También para fomentar una compra más cercana a quiénes producen (acortar los canales de distribución).
También se plantea involucrar a los mercados y grandes superficies para que informen de forma clara y sencilla sobre qué alimentos de los que venden son de temporada y cercanía.
Implementación de un etiquetado fiable y accesible que aporte información clara, concisa y transparente sobre el impacto climático de los bienes de consumo.
Elaboración de una normativa que obligue al etiquetado de los productos indicando su impacto ambiental, incluyendo la trazabilidad.
Es importante que la etiqueta tenga parámetros que sean entendibles, visuales y fácilmente interpretables: huella hídrica, huella de carbono, información sobre lo que tarda en biodegradarse el envase en situación normal. Este etiquetado permitiría visualizar el coste real del producto, internalizando los costes derivados de su impacto ambiental.
La Recomendación incluye que se genere un sistema de visionado de la información que sea accesible, por ejemplo, mediante una aplicación (APP).
Paquete de medidas para la reducción de residuos de envases.
Fomentar la venta a granel de todo tipo de productos en todo tipo de establecimientos, grandes y pequeños, así como la generalización de la reutilización de envases (recarga, rellenado, combinar con poder devolver recipientes para que se puedan reusar). Prohibir la venta de bebidas envasadas en grandes eventos (deportivos o conciertos), sustituyéndolo por vasos retornables y por la instalación de fuentes de agua potable gratuita. Esta medida también se propone para zonas turísticas y de gran afluencia.
Eliminación definitiva de las bolsas de plástico y de los plásticos de envasado que se utilizan para portar y proteger alimentos y cualquier otro producto.
Implantación de un sistema que ofrezca información e incentivos económicos para una adecuada gestión de los residuos de envases.
Implantación sin dilación de sistemas de devolución de envases a cambio de una compensación económica, siguiendo el modelo ya instaurado en otros países europeos. Obligación para todos los envasadores de incluir información clara y visual (iconos que ya utilizan algunas marcas) sobre el contenedor en el que se debe depositar el residuo.
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